Skip to main content

Cómo ayudar a los niños a recuperarse

Los niños que experimentan un desastre tienen más probabilidades que los adultos de sufrir trauma emocional. Los padres, maestros y cuidadores pueden ayudar a prevenir que sufran consecuencias psicológicas graves observándolos, escuchándolos y hablando con ellos.

Esté atento a las señales de angustia.

Los niños pequeños

Los niños muy pequeños, hasta la edad preescolar, no pueden expresar todavía con palabras sus experiencias, pero eso no significa que no sean conscientes de las circunstancias que los rodean. Los signos comunes de angustia incluyen:

  • Llorar más de lo normal
  • Aumento de la irritabilidad
  • Cambios en los hábitos alimenticios
  • Dolores de estómago y de cabeza
  • Miedo a la oscuridad
  • Pesadillas
  • Regresión a conductas inmaduras como mojar la cama y chuparse el dedo

Algunos niños pueden volverse bulliciosos e hiperactivos. Otros podrían volverse tímidos y demasiado apegados a los padres.

Los niños en edad escolar

Los niños pequeños de 6 a 11 años son más capaces de comprender las consecuencias de un desastre. Este grupo de edad puede ser capaz de expresar tristeza, enojo y pena por las pérdidas. Algunos pueden temer que ocurra otro desastre o piensan demasiado en los desastres que tienen dificultad para concentrarse en las tareas escolares.Una caída repentina en las calificaciones podría ser un signo de angustia. Algunos pueden creer, de manera irracional, que ellos fueron la causa del desastre, los daños o la pérdida.  Los niños en este grupo de edad pueden o no ser capaces de verbalizar sus pensamientos.

Si los niños o adolescentes tienen dificultad para hablar de sus experiencias, anímelos a dibujar, contar historias o a actuar jugando. Esto les ayudará a expresar sus sentimientos y a lograr que los adultos comprendan lo que ellos están experimentando.

Al igual que los niños más pequeños, los niños en edad escolar podrían experimentar síntomas físicos, pesadillas o una regresión a comportamientos más inmaduros.

Los adolescentes

Normalmente los adolescentes experimentan emociones intensas. Después de un desastre, es posible que se sientan abrumados, pero no puedan hablar de sus sentimientos.

Por lo general, en los años de adolescencia los jóvenes están interesados en integrarse al mundo exterior. Los desastres pueden cambiar la inclinación natural de un adolescente, haciendo que el mundo parezca peligroso y aterrador. En lugar de querer socializar, algunos adolescentes podrían tener miedo de salir de casa.

Algunos otros podrían sentir que han perdido el control de sus vidas y comenzar a probar comportamientos de alto riesgo como:

  • Abuso de alcohol
  • Consumo de drogas
  • Actividad sexual
  • Manejar de manera arriesgada
  • Tener ideas suicidas

Tómese tiempo para escuchar

  • Permita que niños y adolescentes puedan hablar. Algunos menores, particularmente los adolescentes, pueden ser reacios a hablar. Trate de animarlos a hablar mientras hacen los quehaceres del hogar, van en el auto o practican juntos alguna actividad recreativa.
  • Dígales que está totalmente permitido sentir lo que sienten y expresar sus emociones. No hay emociones “buenas” o “malas”. Tras el impacto de un desastre, es normal sentir tristeza, enojo o miedo.

Hable con sus hijos durante un desastre

  • Dígales la verdad sobre los desastres, pero cuide que la información que les dé sea correcta y acorde a su edad.
  • Tranquilice a los niños diciéndoles que los adultos están haciendo todo lo posible para proteger a sus familias. Explíqueles lo que los equipos de respuesta a emergencias y los socorristas están haciendo para ayudar. Enfocarse en las buenas acciones en lugar del desastre ayudará a crear un panorama positivo.
  • Hable con los niños sobre la fe de su familia. Las creencias y prácticas espirituales pueden aumentar el bienestar en tiempos de crisis.

Otras acciones que pueden ayudar a los niños

  • Conserve las rutinas diarias en la medida de lo posible. El seguir con las rutinas brinda estabilidad en momentos de incertidumbre.
  • Ponga en práctica su plan de emergencia. Si no tiene uno, este es un buen momento para crearlo. Hable con todos los miembros de la familia sobre el plan y asigne a cada uno de ellos una responsabilidad.
  • Limite la exposición de los niños a imágenes violentas como las de videojuegos, programas de televisión e incluso noticias sobre el desastre.

No olvide cuidarse a sí mismo. Esto le ayudará a cuidar bien de sus hijos. Sea consciente de cómo reacciona cuando ocurre una crisis. Los niños y adolescentes encontrarán en usted pistas sobre cómo reaccionar y sobrellevar la situación. Si usted o un hijo suyo sufren un trauma o tienen altos niveles de angustia, busque asesoría en casos de crisis. Tratar el problema de manera temprana puede ayudar a prevenir problemas más graves en el futuro. Llame a la autoridad local de salud mental  más cercana para pedir información sobre los servicios de asesoría en casos de crisis.